El Valor del Origen
En esta ocasión te contaremos la historia de un brebaje divino, reservado tradicionalmente para las personas más privilegiadas de la sociedad, las razones por las que se ha ido desencadenando una terrible situación entorno a ello y cómo podemos ayudar a solucionarlo.
¿Conoces la amarga historia del chocolate?
Para comenzar, en sus inicios el chocolate no tenía nada que ver con lo que es ahora. El Xocoatl era la bebida amarga preparada con los granos del interior del fruto del cacao. Según los aztecas, una taza de aquel brebaje aportaba energía corporal restaurando el cuerpo cansado, las capacidades mentales y otorgaba potencia afrodisíaca. Para ellos, el cacao era una fruta enviada de regalo por los dioses y por lo visto con justa razón.
El único problema es que obtener el cacao, aquella valiosa semilla divina, era un tema complejo porque el árbol desde el que crecen requiere unas condiciones muy específicas. Por ejemplo exige sombra, pero no tanta, mucha humedad y calor, porque no le gusta el frío. Tampoco el suelo muy duro, mas bien poroso, con abundantes minerales y buen drenaje.
Es un árbol divino muy exigente.
Antes de que Lineo lo registrara en el Sistema Natural como Theobroma cacao (Alimento de los dioses), su nombre anterior era Amygdalae pecuniae, que en español se traduce como Almendras de Dinero, porque las semillas de cacao eran utilizadas como monedas durante aquellos años. Para que te hagas una idea, un conejo costaba 10 semillas y una manta 100.
Considera que el cacao era tan escaso que la primera vez que Cristobal Colón lo vio, fue en su cuarto viaje. En las cartas de Hernán de Cortés al rey de España, se expresa claramente la curiosidad que le produjo que en aquellas tierras se usen semillas como monedas, y como buen empresario al parecer vio una excelente oportunidad de negocios, porque hasta donde sabemos es posible que Hernán de Cortés haya sido el primero en iniciar actividades con una pyme dedicada al cultivo del cacao. Seguramente pensó que era muy lógico plantar árboles de los que crecen monedas y se lanzó al proyecto.
Todo un emprendedor.
Sabemos también que aunque envió algunas semillas de cacao al rey, es posible que independiente de su evidente talento comercial, le faltó visión de crecimiento y se quedó estancado en el mercado local, porque la primera exportación comercial a Europa ocurrió varias décadas después.
(No seamos injustos con Don Hernán,
sus numerosas batallas de conquista
debieron consumirle demasiado tiempo
como para dedicarse a su emprendimiento)
(Es muy difícil ser un Conquistador Part Time)
En Europa el chocolate se propagó con lentitud pero con firmeza, y a medida que avanzaba calentando los corazones de la aristocracia española, francesa e italiana, nadie podía permanecer indiferente a su existencia. Pero si el cacao ya era escaso en América antes de llamarse América, imagínate lo que ocurrió cuando se corrió la voz en Europa, que era rica, hambrienta de deseos y en esa época, no se preocupaba de donde venían las cosas ni lo que había que hacer para obtenerlas.
El mundo demandaba chocolate y su origen no era importante mientras continuara llegando.
Pronto se hizo necesario buscar otros lugares donde extender las plantaciones, pero como los fabricantes de chocolate se dedicaban a la fabricación de chocolate y no a las complejidades de su cultivo, tercerizaron la producción del cacao y adivina donde se instalaron las mayores plantaciones del mundo.
Exacto.
Según las leyes de la economía, el mercado es el mercado y mientras menores sean los costos, mayor es la rentabilidad, por lo que los fabricantes de chocolate de aquella época comenzaron a comprar cacao africano con la mano apretada y los ojos cerrados. Como en todos lados, los intermediarios se quedaron con las mayores ganancias y los productores con una pequeña parte, estimada en aproximadamente el 6% de los beneficios. De esta manera, para conseguir ganancias, las granjas de cacao buscaron las formas más baratas de producción.
Ya te vas haciendo una idea.
En el año 1998 la UNICEF encendió una de las primeras alarmas cuando emitió un reporte acerca de las condiciones de esclavitud para niños en los cultivos de cacao, catalogado como físicamente exigente y peligroso: Para cosecharlo del árbol y retirar las semillas, se requiere el uso de herramientas de corte afiladas. Además, el fruto pesa aproximadamente medio kilo por lo que los niños deben transportarlo en sacos para su procesamiento, también se encuentran expuestos a pesticidas sin ningún tipo de protección y bajo constante riesgo de accidentes.
Todo para que el mundo pudiera disfrutar su chocolate.
– Quedó la crema –
Probablemente muchos fabricantes de chocolate no sabían, o no querían saber nada acerca de las condiciones a las que se ven sometidas los cultivadores del cacao, pero para el año 2001 presionados por el Congreso de Estados Unidos, prometieron comenzar a eliminar el trabajo infantil antes del año 2004. Promesa que no fue suficiente, porque hacia el 2015, las cifras estiman que casi dos millones de niños africanos participan en el cultivo del cacao.
Citamos textualmente una de nuestras fuentes.
“La culpa por la esclavitud en la producción de cacao se ha pasado de un grupo a otro. Los que venden los niños a los granjeros afirmaron que no vieron esclavitud. El gobierno de Costa de Marfil acusó a los extranjeros de usar y vender esclavos, y culpó a las compañías multinacionales de chocolate por mantener bajos los precios del cacao y a los agricultores en la pobreza; afirmaba que los precios bajos obligaban a algunos agricultores a utilizar mano de obra esclava. El primer ministro de Costa de Marfil, Pascal Affi N’Guessan, dijo que el precio tendría que aumentar 10 veces para garantizar una buena calidad de vida para los agricultores y sus familias. Los agricultores que compraron esclavos culparon del costo mundial del cacao. Los proveedores de cacao afirmaron que no pueden gestionar lo que sucede en las granjas. Las compañías de chocolate declararon que los proveedores debían proporcionar cacao que no fuera producido por esclavos. Los consumidores no sabían que su chocolate se producía utilizando mano de obra esclava.”
“Los consumidores no sabían que su chocolate
se producía utilizando mano de obra esclava”
se producía utilizando mano de obra esclava”
Aquí es donde está la clave. En última instancia, la solución depende de los consumidores, que ya sea por accidente o por curiosidad, comenzamos a enterarnos del impacto que produce en la vida de las pequeñas comunidades el adquirir chocolate producido mediante trabajos forzados y esclavitud infantil.
En forma cruda, cada vez que compramos chocolate mal habido, es como si tirásemos monedas a los pies de un tipo para que obligue a niños de 7 años a cargar un camión con cientos de sacos de cacao.
Por eso es tan importante nuestro rol.
¿Cómo podemos entonces hacer lo correcto?
En la práctica es difícil conocer qué compañías invierten en la explotación infantil porque el cacao pasa por tantas manos antes de llegar al fabricante, que puede ser imposible conocer su procedencia. Pero es muy fácil saber cuales son las compañías que están invirtiendo en la reparación:
A través de los sellos y certificaciones.
Por ejemplo, para resolver esta situación y hacer las cosas correctamente, la compañía Puratos llegó a una conclusión drástica: es necesario otorgarle valor al origen del cacao:
Que producir cacao sea algo bonito,
que ayude a la gente que lo cultive,
que le permita la educación de sus niños
y que todos tengan una mejor vida.
Para ello era necesario participar en el desarrollo del cultivo y sus comunidades.
Así nació el programa Cacao Trace.
Puedes estudiar por tu cuenta la belleza del programa en este link de la web de Cacao Trace y si te sientes lo suficientemente fuerte, también puedes investigar en google acerca de los “niños en plantaciones de cacao” para entender el contexto.
En palabras generales, el programa Cacao Trace está diseñado para profesionalizar la producción del cacao formando productores especialistas en los secretos de la producción y generar un impacto positivo en sus comunidades. De esta manera se construyeron también las primeras escuelas, baños adecuados y salas de maternidad. Los trabajos forzados de los niños fueron prohibidos en las granjas del programa.
Es genial que los niños ahora puedan educarse, que sus familias tengan cerca una torre de agua por donde sale agua limpia y que sus comunidades florezcan con los programas ambientales y de reforestación, pero además, un cultivo profesional permite obtener mayores volúmenes, granos de mayor calidad y pagados a mejor precio. Para que te hagas una idea, hasta el año pasado, 8200 granjas de cacao de 7 países forman parte del programa Cacao Trace.
Imagínate como sería África en la actualidad si su comercio con el resto del mundo hubiera comenzado de esta manera.
Tremendo impacto.
Es lo que ocurre cuando se le otorga valor al origen.
Una sociedad informada genera rápidamente cambios de comportamiento en el mercado. Para graficar esto, estudios realizados en numerosos países determinaron que en general, la mayor parte de la población prefiere comprar productos de compañías responsables.
Como productores de alimentos es un valor que podemos entregar a nuestros clientes. Al anunciar que nuestros productos están fabricados con insumos que no involucran la esclavitud infantil y que contribuyen al desarrollo de las pequeñas comunidades, entregamos alimentos mucho mas valiosos que el mercado comienza a exigir.
Utilizando chocolate de fuentes responsables y confiables, destacando su origen y promoviendo su ejemplo, podemos aumentar las ganancias de todos y cambiar el mundo en forma práctica y tangible.
Hacer del chocolate algo que podamos disfrutarlo todos.
Podemos hacerlo.
Podemos hacerlo.
Tenemos el Deber.
Tenemos el Poder.
Tenemos el Deber.
Tenemos el Poder.
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